lunes, 22 de abril de 2013

UN COMIENZO DIFÍCIL Y PARTE DEL PLAN DE DIOS

Este testimonio da fe y demuestra que cuando DIOS tiene un plan el mueve todas las piezas para que este se lleve a cabo en el tiempo perfecto de ÉL.  Así lo ha hecho con nosotros una y otra vez.
A mediados de 2007 mi familia y yo tomamos la decisión de irnos a vivir a los Estados Unidos  debido a la situación de inseguridad que se estaba tornando en Venezuela y buscando una mejor calidad de vida para nuestra familia. Al llegar a USA fue muy difícil al principio, teníamos un estatus que nos permitía vivir legalmente pero a pesar de eso fue un gran cambio que nos afecto a todos. 
Poco a poco nos fuimos adaptando a nuestro nuevo estilo de vida. A los casi 2 años de vivir en USA por razones de una nueva visa que estaba tramitando mi esposo tuvimos que trasladarnos a Venezuela a sellar esta visa en los pasaportes, no sabíamos cuanto tiempo íbamos a estar en Venezuela así que tuvimos que guardar todas nuestras cosas en un guardamuebles y entregar la casa donde vivíamos alquilados. De nuevo en Venezuela en casa de mi suegra y sin saber cuanto tiempo íbamos a estar, terminamos quedándonos casi 6 meses los cuales NO fueron los mejores meses de nuestras vidas, tuvimos  muchas situaciones difíciles de manejar en todo ese período. 
En Diciembre de ese año 2009 regresamos a USA, llegando al aeropuerto hubo una confusión y nos tuvieron 14 horas  en el famoso cuarto de inmigración. Eso fue para nosotros uno de los momentos más estresantes de nuestras vidas, revisaron todo y entramos a los Estados Unidos. Al llegar tuvimos que vivir en casa de mi cuñada por 3 meses mientras nos llegaban nuestros permisos de trabajo y números de seguro social. A la semana de haber llegado sufrí un ataque epiléptico detonado por tanto estrés que vivimos, a pesar de no tener antecedentes familiares de este tipo de enfermedad. Mi amiga con la que me encontraba llamo al 911 y termine de emergencia en un hospital por unas horas mientras me hacían todos los análisis. Mis hijos pensaron que yo me había muerto, fue un momento muy difícil para ellos y también para mi esposo que en ese momento no se encontraba con nosotros. Este episodio se volvió a repetir una vez más, hasta que el médico de los exámenes de la residencia me recomendó tomar magnesio y después de esto me daban los ataques todos los meses pero de manera parcial sin desmayarme. 

Mientras tanto teníamos una seria situación económica, nuestros 2 hijos mayores (María Andrea y Alejandro José de 16 y 13 respectivamente) de los que me siento profundamente orgullosa se pusieron a vender gomitas en el colegio para ayudarnos, mi esposo vendía celulares y yo me puse a fabricar zarcillos para que mi hija me ayudara a venderlos. Trabajamos como un gran equipo durante todo ese tiempo.
En Marzo nos mudamos a un linda casa y comenzamos  a buscar trabajo. Fuimos un día a comernos un helado en un lugar bellísimo cerca de nuestra casa y yo le dije a mi esposo: quiero trabajar aquí, pregunte y envié un curriculum, a los 2 días me llamaron, estaban buscando un chef, me entrevistaron y les pregunte si debía esperar a que entrevistaran a los demás y ellos dijeron que no hacía falta, que cuando podía empezar. Al final querían enviarme a las afueras de Miami  a otro de sus locales, les tuve que decir que no porque no podía manejar, me dio mucha tristeza porque sentía que ese era el lugar. A los 4 días me llamaron, para decirme que habían arreglado todo y me daban el trabajo en el local cerca de mi casa, era DIOS moviendo sus piezas para lograr el objetivo que Él tenía en ese lugar para nosotros. 

Mi esposo seguía buscando trabajo hasta que al poco tiempo después consiguió algo mucho mejor de lo que el estaba esperando. Empezó a trabajar un mes después que yo, pero mientras yo era la que trabajaba, él era el que cocinaba una comida deliciosa todos los días, lo más cómico es que nunca ha sido de estar metido en la cocina, nos recibía con la mesa servida,  llevaba y buscaba a los niños, me llevaba y buscaba al trabajo, se ocupo de casi todo el trabajo de la casa hasta que pudo comenzar a trabajar. 


Mi horario incluía los Sábados  en la noche pero después que trabajé el primer sábado le pedí a una de las dueñas que si ella tenía la posibilidad me dejara trabajando en el horario de Lunes a Viernes en las mañanas, que yo tenía niños y me gustaba disfrutar los fines de semana con mi familia. Ella lo arreglo y así fue durante el año y medio que trabajé en ese lugar. Todo fue perfectamente arreglado por el Señor para el comienzo de todo lo que Dios quería hacer con nosotros.


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