miércoles, 17 de abril de 2013

EL ANTES Y EL DESPUES

Yo siempre fui una católica light, solo iba a la iglesia cuando me provocaba o cuando tenia que ir a un bautizo, una primera comunión o un matrimonio. Desde que era pequeña  me quedaba un gran vacío cada vez que iba a misa. No me sentía bien cuando me tocaba confesarme, me preguntaba ¿por qué tenía que decirle mis pecados a alguien que era como yo?. 
Mi mamá me decía que no era necesario, que yo me podía confesar directamente con Dios, pero para mí era algo contradictorio porque en las clases de religión del colegio católico donde estudiaba me decían que eso era pecado. 

Tuve muchas experiencias que me desencantaron del catolicismo, pero también conocí personas católicas muy devotas y espirituales dignas de admiración, definitivamente personas de Dios. Como católica me gustaba mucho adorar imágenes, les prendía su velita y además rezaba el rosario. Todas esas costumbres que vamos viendo desde niños en nuestros abuelos, padres y familiares que son pura tradición y religiosidad. Crecí con todas esas costumbres, pero sin caer en algún tipo de fanatismo.

A los 6 años mi mamá me regalo un libro que todavía conservo como un gran tesoro, llamado "Mi libro de historias bíblicas" , lo leí completo una y otra vez, hablaba de historias de la biblia del antiguo y nuevo testamento con un vocabulario muy fácil. Sentía mucha curiosidad por este libro y un día en un canal de mi país Venezuela, comenzaron a pasar esas mismas historias pero con personas hablando en un idioma que no se si era arameo o hebreo y una persona que narraba en español. A pesar de lo pequeña que era, me gustaba mucho verlas y así conocí muchas historias de la biblia sin ni siquiera proponermelo.

Otras de las cosas que me preguntaba era ¿porque los curas no podían tener una familia como los demás?, yo pensaba que siendo un padre de familia era mucho más fácil entender el comportamiento de las personas iguales a él. Al igual que me preguntaba el porque de las monjas, no entendía,  tampoco estaba de acuerdo y nunca lo he compartido.

Muchas cosas pasaron en mi vida y en la de mi familia, abandonos, perdidas, divorcio, problemas familiares, decepciones, problemas económicos, problemas de salud y sobretodo un gran vacío que no lo llenaba nada ni nadie. Todos necesitábamos encontrar algo que llenara ese gran hueco que había en cada uno de nosotros. 


Ese algo llegó y fue el más grande milagro que nos pudo pasar en nuestras vidas, recibir a JESÚS, al ESPÍRITU SANTO y conocer a DIOS de la manera como lo conocemos ahora. Todo pasó cuando más teníamos necesidad de su amor y su presencia, el escogió a la persona y el momento perfectos, además del lugar ideal donde comenzar poco a poco a trabajar en nosotros para hacernos parte de su reino. Ahí  pudimos comprender que esto que estábamos conociendo no era una religión, sino más bien una relación íntima con DIOS. El señor apareció como una luz en nuestro camino marcando un Antes y un Después en mi vida, en la de mi esposo y en la de mis hijos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario